#ZZYearSix: 25 años de… GHOST RIDER 2099, de Len Kaminski y VV.AA

¡Cumpleañeros saludos, zhéroes!

Por sexto año consecutivo celebramos nuestro aniversario de la única manera que sabemos: reseñando cosas sin parar. 
Como ya viene siendo tradición, a lo largo de esta semana estamos publicando reseñas sobre obras emblemáticas que, al igual que nosotros, cumplen años y que aún no habíamos recogido en nuestro cada vez más voluminoso catálogo.

Pasad, acomodaos en nuestro #ZZYearSix y… ¡que no os lo cuenten!

 


Título original
:

Ghost Rider 2099
Sello: Marvel Comics
Guionista: Len Kaminski
Artistas:
Chris Bachalo, Mark Buckinham, Kyle Hotz, Steve Pugh, Ashley Wood
Colorista: Christine Scheele
Contenido: Ghost Rider 2099 #1-25
Publicación USA: May. 1994 – May. 1996
Publicación España: Nov. 1995 – Ene. 1996 (Forum)
Valoración: Ride the Lightning

 

25 AÑOS DEL FUTURO OFICIAL DE MARVEL

Sonríe, que el futuro está negro.

Se cumplen 25 años de Marvel 2099, una de las muchas sonadas ideas de la Marvel de principios de los 90. Mientras desde la editorial ya están encargándose de lanzar los respectivos especiales de celebración de la línea desde aquí vamos a repasar un poco sus orígenes.

Marvel 2099 es una ambiciosa línea editorial lanzada el 1992 por la Marvel de Tom DeFalco. Estamos en medio del boom del mercado, con los números 1 de ventas millonarias, las portadas metalizadas, y la proliferación de series como setas… Esta situación lleva a las altas esferas editoriales a instar al Editor en Jefe a recuperar un concepto que llevaba dando vueltas desde 1990 cuando Stan Lee anunció que preparaba junto a John Byrne The Marvel World of Tomorrow, una serie situada en el “futuro oficial” del Universo Marvel. Aquel poryecto había quedado más o menos aparcado tras la marcha de Byrne hasta 1991, cuando DeFalco reactiva el proyecto.

Con el editor Joey Cavalieri al frente del proyecto empieza a fraguarse Marvel 2093, una línea que acogerá una serie de títulos situados exactamente 100 años en el futuro del Universo Marvel. Finalmente la línea será rebautizada como Marvel 2099 y en 1992 se lanzarán las primeras series: a un predecible Spider-Man 2099 se le suma Ravage 2099, título con nuevo personaje creado y escrito por el propio Stan Lee. A estas series se les irán sumándonuevos títulos ¿Cuáles serían las elegidas? ¿Los Vengadores 2099 quizá? Nada de eso, estamos en los ’90 y sólo los personajes más populares de la editorial merecen contar con su versión futurística, así en 1993 llegan títulos como Punisher 2099 o X-Men 2099 y la serie que nos ocupa, Motorista Fantasma 2099, en 1994.

LAS BASES DEL FUTURO

En el futuro, todos calvos.

Aunque mucha gente lo ha olvidado (o simplemente no se ha enterado), bajo el mano de Cavalieri la línea 2099 fue un reducto de calidad dentro de una Marvel que iba perdiendo paulatinamente el norte a merced de clones, crossovers y series mutantes. El editor se encargó de reunir para sus títulos unos equipos creativos que, si bien no se encontraban entre las vacas sagradas de la época (que todos sabemos cómo eran) eran autores por encima de la media del cómic americano de la década, gente como Peter David, Rick Leonardi, Pat Mills o los autores encargados de lanzar nuestra serie: Len Kaminski y Chris Bachalo.

A estas alturas y con más de 30 años de carrera poco hay que comentar sobre Chris Bachalo, que por esta época llevaba menos de un lustro en el negocio pero que ya había firmado alguna de sus colaboraciones más recordadas con Neil Gaiman. Por aquella época su etilo distaba bastante del actual, aunque detallista y alejado del realismo más convencional, se apoyaba en las líneas gruesas y presentaba un estilo más claro.

Que te atrapo, leche.

El que quizá necesite más presentación es el muy injustamente olvidado y obviado Len Kaminski. Kaminski era uno de esos editores de la Casa de las Ideas que acabaron convertidos en guionistas, algo bastante habitual en la época. Si bien en muchos casos esto resultó en cómics directamente infumables, como en el caso del merecidamente denostado Terry Kavanagh, Kaminski resultó ser un guionista competente y con ideas, un autor que tuvo la desgracia de desarrollar su carrera en uno de los momentos más convulsos y desagradecidos de la industria del cómic.

La obra de Len Kaminski no es especialmente extensa, y, tristemente, parece desaparecer del mundo del cómic a principios del s.XXI, así que vamos a señalar algunas de las aportaciones con las que el lector ocasional puede estar más familiarizado: Se trata del creador de Máquina de Guerra, personaje introducido como tal en su más que recomendable etapa al frente del Vengador Dorado, donde ya introdujo conceptos con los que autores posteriores, como Warren Ellis, Bendis o Dan Slott han reintroducido o manejado en los últimos años. También es el creador de Slapstick (1992-1993), ese supehéroe “a lo Looney Toon” a medio camino entre lo ridículo y lo siniestro que se ha dejado ver por las series de Masacre durante el último lustro. Por último, los lectores más recientes quizá tengan ocasión de descubrirlo a través de una de las cuatro miniseries de Veneno de los 90 legibles: Veneno: El Ansia (1996).

BIENVENIDOS A TRANSVERSE CITY

De entre los muertos.

El flamante equipo creativo nos desplaza Transverse City, una curiosa aglomeración urbana situada entre Detroit y Chicago. Originalmente diseñada como el punto de salida para una superautopista transcontinental, los sobrecostes y la corrupción dejaron el proyecto inacabado convirtiendo a Transverse City en una pesadilla urbana de altos edificios y enormes carreteras de hasta 20 carriles donde no existe una autoridad central y la corporación D/MONIX extiende su influencia por la urbe.

Aquí vive Kenshiro “Zero” Cochrane, un cyberhacker al más puro estilo ciberpunk de los ’90, esto es, capaz de conectar su sistema nervioso a la red para “navegar”. Pero la tendencia natural de nuestro protagonista a meterse en líos acaba costándole cara, siendo asesinado en el momento en el que se encuentra en el ciberespacio, quedando su conciencia atrapada en este. Es aquí cuando entra en escena Ghostworks, un misterioso grupo de inteligencias artificiales que viven en los más recóndito de la red. Este grupo de lo que parecen ser inteligencias artificiales ha estado observando con disgusto como “disfuncionales agencias sociales y económicas manipuladas por líderes corruptos están llevando a la cultura humana al desastre” y consideran que la avaricia y la estupidez son virus que están destruyendo la civilización humana. Para hacer frente a esto consideran que es necesario crear un anti-virus que funcione como figura simbólica, como “hombre-del-saco” para la sociedad decadente y la naturaleza maleducada, arrogante y anti-sistema de Zero lo convierten en el candidato perfecto para convertirse en esa figura.

…y juro que me vengaré en esta vida o en la otra.

Así que si el Motorista Fantasma original tenía un origen sobrenatural este lo tiene plenamente artificial, Ghostworks procura a la conciencia de Zero Cochrane de un cuerpo robótico de reminiscencias plenamente sobrenaturales, que no duda, montado en moto y motosierra en mano, en empezar su nueva labor buscando a sus ejecutores. Por supuesto, la irrupción del Motorista Fantasma en Transverse City causará problemas a D/MONIX, que no dudará en poner en marcha toda una serie de planes de contingencia destinados a identificar al vengador motorizado al mismo tiempo que buscan destruirlo a través de sus amigos. Pero eso no es todo, y es que quizá las razones de Ghostworks para crear al Motorista Fantasma no sean tan simples como parecen.

Hay que señalar que antes de que concluya el primer arco argumental Bachalo abandona la serie tras apenas tres números, pero su sustituto estará a la altura. Mark Buckingham es otro dibujante que no necesita presentación, de larga trayectoria profesional, es especialmente conocido por su trabajo en Fábulas (2002-2005). Dibujante de estilo camaleónico, por aquella época su trazo estaba tremendamente influenciado por el de Bachalo, hasta el punto de llegar a convertirse en su “sustituto oficial” en varios títulos, entre ellos el que nos ocupa. Esto permite la continuidad gráfica hasta el debut de Kyle Hotz, encargado de cerrar el primera año de la serie. De estilo oscuro y feísta, Hotz encaja a la perfección con el tono urbano, tecnológico y oscuro de la serie.

ICONOCLÁSTIA CIBERPUNK

Ghostworks.

Dejando de lado el apartado gráfico, el trabajo de Kaminsky al frente de la serie es remarcable. El guionista nos muestra un futuro distópico que, en la mejor tradición del género, no deja de ser una versión exagerada del presente. Con un Zero completamente fuera de sí, destrozando los televisores que anuncian productos para el control social al mismo tiempo que muestran noticias sobre la corrupción, para finalmente, agotado, decir: “Oh tío. Esta…civilización… apesta”.

Pero no nos llevemos al engaño, nuestro protagonista no es un héroe, ni mucho menos, y ahí radica otro de los aciertos del escritor: Además de anti-sistema, Zero es egoísta, frío y está lleno de odio, un odio que no duda en extender por Transverse City, mostrando muy poco aprecio por la vida humana, matando sin demasiados remordimientos, muchas veces figuras de autoridad.

Es la hora del remozado cyberpunk.

Sorprende este enfoque en una Marvel que unos años después caería en la mediocridad más homogénea y es que, la mezcla del boom de ventas y la creación de Vertigo en 1993, en la editorial se colaron una serie de conceptos que difícilmente volveremos a ver posteriormente. Zero no deja de realizar comentarios muy poco sutiles sobre lo que ellos consideran son los problemas de la sociedad sin dejar títere con cabeza: política, religión, economía…

Todo esto sin olvidar que estamos ante un cómic de superhéroes de la época, donde el comentario social queda en segundo plano frente a la acción pasada de roscas entre seres sintéticos de toda índole, que derivan en un cierre del primer año que promete cambios importantes en el protagonista. Y es que, repetimos, estamos en los ’90, y aunque Cavalieri logró mantener a la linea 2099 alejada de los demanes editoriales más absurdos, también tuvo que llegar a compromisos destinados a sacudir el statu quo y generar interés en el lector ante las cada vez más menguantes ventas una vez reventada la burbuja especulativa.

LLEGÓ LA LEY

Llegó, llegó…

Cavalieri escogió la propuesta del prometedor nuevo guionista de Doom 2099 para sacudir el mundo del mañana. Warren Ellis establecía a un Doctor Muerte llevando a cabo un golpe de estado en los USA, arrebatándole el control del país a las megacorporcaciones. Esto se dejaba ver en todas las series de la línea, y en el caso de Ghost Rider 2099 esto se traduce en Cochrane convirtiéndose en agente del remozado SHIELD del Muerte. El guionista establece con habilidad la nueva situación, mostrando las contradicciones de tener un anti-sistema convertido en parte de este, con las contradicciones y conflictos resultantes. Sobre todo cuando nuestro protagonista empiece a dudar de sus propios pensamientos, sospechando que tanto Ghostworks como Muerte pueden haber estado trasteando con sus pensamientos.

Los lápices de este segundo año de la serie caen en, curiosamente, varios colaboradores habituales de Warren Ellis en Doom 2099. Por un lado Steve Pugh, británico procedente de Vertigo con un estilo más limpio que el de su predecesor pero que comparte la tendencia a la exageración. Por el otro Ashley Wood, que por aquella época presentaba un estilo oscuro, sucio y feísta y se mantenía alejado de la niebla sepia que se convertiría en su sello personal la siguiente década. Ambos autores continúan encajando a la perfección con el tono sucio, desangelado, tecnológico y violento de la serie, sobre todo el segundo, si bien hay que señalar que la narrativa se resiente.

Desangelado del infierno.

El gobierno de Muerte caerá y la serie entrará ya en su recta final, estamos en 1996 y, tras los excesos de principios de la década, el mundo del cómic está en recesión y Marvel en bancarrota. No hay nada que parezca evitar la sangría de ventas y las series de Marvel 2099, nacidas al amparo del boom, están padeciendo los efectos del fin de la burbuja y la línea sufre una drástica reformulación. Ghost Rider 2099 será cancelada con el número #25 donde nuestro protagonista acabará en un punto ciertamente diferente al que estaba al principio de su serie y donde el equipo creativo se las apaña para cerrar gran parte de las tramas. Aunque el destino final del personaje, que no volverá a asomar por las páginas de ningún cómic, quedará indirectamente sellado cuando Transverse City sufra los efectos de la inundación global que cercenó la línea.

Nos quedan 25 números de una olvidada serie que merece ser rescatada y reivindicada, uno más de los múltiples títulos respetables que quedaron enterrados en la vorágine especulativa de los noventa al que nunca le viene mal echarle un ojo.

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¡Nos vemos en la Zona!

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